martes, noviembre 26, 2013

Mamá 3.0. Versión beta

(Advertencia: solo para personas con sentido del humor, si no, evite su lectura...)

¡¡¡Ser madre, pfff, que sumatoria de sentimientos (el 98%, positivos, eso, seguro)!!!
A once meses (bah, casi un año) de que mi hermoso vástago haya arribado a este mundo, lejos de haber encontrado respuestas, he sumado más planteos...
Ojo, no me malinterpreten, he aprendido (¿se termina alguna vez de sumar conocimientos en esta vida?) bastantes cosas en este recorrido; me he despojado (¡¡¡aunque usted no lo crea!!!) de ciertas mañas y hasta casi casi de algunos miedos, sin embargo, la pregunta acerca de cuán buena madre una es está siempre latente (y la que lo niegue, miente...).
Podría llegar a mirar con cierta admiración desconfiada (¿o envidia?) a la mamá apegada (¿al extremo?), pero reconozco que no soy de las que practica el colecho (tengo mi postura al respecto y mis propios argumentos), ni la que va a dar la teta hasta que Puchi comience el jardín (él mismo quiso dejar de hacerlo y, algunas me tildarán de "desapegada", de "vaga" o de lo que sea, yo me siento tranquila –raro en mí–, pero me pareció que si bien me hubiera gustado darle hasta el año, tampoco quería que ambos viviéramos una situación de stress por ello. Ojo, no creo que a otras mamás les pase, hablo de mi experiencia.)
Otro tema, íntimamente relacionado con el punto anterior es el tema de las salidas. Debo reconocer que mi primera salida sola, es decir, sin Lucas, fue cuando ya había cumplido once meses y fue de casualidad, pero estuvo bien, volví a la hora que quise y, lo que es mejor, no sentí culpa alguna. Sé que para muchas mujeres, no madres aún, sobre todo, esto debe ser tremendo (ya lo hablamos igual, jajajja), pero, por otro lado, en mi caso particular (o mejor dicho, en nuestro caso particular como pareja), somos los "colgados", los que pasamos bastante tiempo en casa; es verdad que a veces uno extraña ir de acá para allá, solo avisando si venís a comer o no, o, incluso juntos, salir temprano y volver a las mil y que no pase nada, ahora no da, pero no es grave ni me ha sido desesperante aún, jajaja. Sí es muy recomendable tener espacios propios, pero creo que cada una (o uno, los papás también pueden vivenciar estas cosas) encuentra en qué momento se da.
Finalmente, creo que lo menos soportable de la maternidad son las opiniones ajenas que, a veces (solo a veces, por suerte) pueden hacerte tambalear... Pero la gente siempreeeeeeeeeeee opina, quieras escucharlas/os o no; a eso, oídos sordos (aunque una bien quisiera mandarlos/as a los boliverales estempanosos, pero mejor conservar las formas... ;)).
Como decía alguien por allí: "En el camión, los melones se acomodan solos...". O en una versión más actual, cada una vive su maternidad como quiere, como le sale y le gusta. Además, siempre, pero siempre (aunque tengas más de un hijo) vamos a ser mamás versión beta (porque cada hijo es único, y cada experiencia lo es) ...

El Oficio De Ser Mamá (Acústic by Pablo Granados www.djdan18.com on Grooveshark

miércoles, septiembre 25, 2013

Miradas


a Lucas

En el primer sueño en el que te tuve
eras otra cosa, eras otros ojos.
Construiste en este tiempo
todo lo eterno
todo lo puro.
No hay en este momento
otra cosa que importe
solo tu vida
solo tus ojos.
Tu mirada que increpa
desde el mundo
(desde el mundo que se hizo carne y vida cierta el día que llegaste,
a este, el mundo de los otros, porque claro, ahora mi mundo sos vos...)
que clama mi mirada
(la miope)
que al mirarte se hace clara,
que es consuelo, 
y como ninguna otra cosa me da fuerza.
Vos sos mis ojos,
mi punto débil,
mis anteojos,
la mirada por la que veré
la mirada que transforma (y transformará...)
la mía.
(No añoro ya más nada...)








Mi pequeño tesoro by Presuntos Implicados on Grooveshark

martes, agosto 21, 2012

No estarás sola

Hijo/a (porque a pesar de ser creyente, soy escéptica... [nunca negué ser un oxímoron]):
Ayer, tu papá, Gastón, lanzó la primera piedra de esto tan lindo y movilizante que estamos viviendo.
Hace poco más de cinco meses que estás entre nosotros, que estás dentro de mí, pero hace muy poquito que sentimos "activamente" tu presencia.
Quisiera decirte tantas cosas, pero yo, la enhebradora de palabras, no las encuentro. No porque no existan, sino porque quiero que sean genuinas. Prefiero acariciarte en silencio.
Puedo decirte, sí, que desde que sé que estás me siento menos sola en muchas cosas, que sé que quiero cuidarte, a pesar de mis mil millones de miedos; que lejos de sentirme frágil, siento alguna fuerza, y ese, hijo, sos vos, mérito tuyo.
No quiero decirte cosas vanas, porque quiero darte amor... Pero lo que es seguro, de eso tengo certeza, es que la que va a recibir el ciento por uno voy a ser yo (y papá y los que te esperamos ansiosos y con las manos y los corazones rebozantes).
Miedos tengo miles, como siempre, pero esta vez sé que es a fallarte, a no corresponderte en todo lo que seguro vas a traernos.
No quiero imaginarte, sino que quiero que seas vos. Sobre todo, feliz.
Sos nuestra campana que tintinea, el abrazo que nos cubre, sos todo lo lindo, luminoso y suave.
Gracias por venir.

J, pronto y desde siempre, tu mamá...

No estarás sola. Ismael Serrano

jueves, marzo 01, 2012

Treintaypico

Esta semana estoy bañada de melancolía, y una vez más seré rechazada por los comentaristas y lectores habituales (¿quedan?).
Marzo suele encontrarme así, supongo que será la incipiente llegada del otoño o las cosas que dejaron de hacerse. En fin.
Hace más o menos diez años, poco antes de cumplir treinta, me fui a vivir sola, me fanaticé con una revista hoy extinta, pasé por etapas más oscuras que otras, elegí mi carrera y se cruzaron algunas personas, se atravesaron otras y otras se alejaron.
A mediados se esa década, conseguí trabajo "de lo mío", se terminaron de afianzar algunas amistades, me enamoré locamente, fui tía por primera vez y comencé a esbozarme más claramente.
El decenio se cerró, fui tía por segunda vez, me eternicé en la carrera (de carrera corta pasó a ser tecnicatura con máster...), me fui a vivir en pareja, y además fluyeron ciertos miedos.
Hay pocas cosas que tengo más claras que que el único ser que uno tiene es a sí mismo, por eso, y antes de los cuarenta (estoy transitando mi año 39...) debo, así, casi sin forzarlo, volver a dar un volantazo.

That I would be good. Alanis Morissette





jueves, enero 05, 2012

Salmón

La cosa está que arde.
Digo, el calor que pronostican para hoy es casi inimaginable (o no quiero imaginarlo, porque no lo sufro, lo padezco, en demasía).
Digo, este sitio está más que abandonado, aburrido diría yo. Muy íntimo, otros (y a quien le quepa el sayo, que se lo ponga).
Digo, estoy disfrutando mucho de mi casa y poco del afuera, ni hablar del trabajo. Me encuentro rozagante por lavar los platos con guantes, por comprar artículos de limpieza y hasta por ordenar. En fin, a veces pasa.
Digo, la cosa está que arde, ¿vio?
Mejor les dejo una canción simpática y para bailar y nos vemos la próxima.


Ain't no mountain high enough. Marvin Gaye & Tammy Terrell

jueves, octubre 13, 2011

Quedar pegada

La primavera es así: en caja baja y lluviosa. Es inestable, con alergias, plátanos y malvones florecidos, chocolates derretidos y humedad, mucha. Al menos acá, en mi hemisferio, el austral.
En treinta y ocho años siempre se me dio por pensar en exceso, sobre todo, en las vidas ajenas, respecto de sí y de mí, y eso me hizo quedar pegada, en historias innecesarias, en actitudes voluntarias pero no, en pensamientos y frases que nada tienen de saludable –fundamentalmente, por lo poco que pueden aportar a mi existencia–.
Pero seguramente esto se deba a que el silencio no es mi mejor virtud, y que soy –o esa sea mi coartada– una enamorada eterna de las palabras (incluso no encuentro un sinónimo que le haga justicia a esa «denominación»).
Seguramente pueda, como alternativa (a mi terapia real) ir «despegándome», despejándome de ellas, quedando sin piel, sin denominaciones, conceptualizaciones, poniéndome la mano en la boca, pero no para callar por censura previa y propia, sino para dejar ir tantas y tantas historias, personas, que ya están fuera, en realidad, pero que solo falta que yo lo vea.
Y con eso se irán los dolores, las lágrimas, y serán bienvenidos el aire y el pelo al viento y los ojos transparentes y las manos abiertas y los amigos por placer y los vestidosblancossinmiedoamancharse con inmaculada conciencia de intentar ser feliz...

Y seguramente el tiempo me rinda más...


Las sombras no son mal. Daniel Vinderman


sábado, octubre 08, 2011

Sin palabra(s)

Hacía mucho tiempo que no escribía acá un sábado, siempre era parte de una catársis, de una escapatoria a mí misma...
Hoy seguramente no sea distinto el objetivo, pero al menos la culpa por quitar tiempo a otras cosas sea menor.
De cualquier manera, empiezo a manejar dislexia y miedo, casi con naturalidad, aunque a veces se salte la cadena.
Ayer fue un viernes húmedo, pero lindo. Húmedo de lluvia, no de lágrimas. Y eso, en sí, ya es bueno.
Literalmente, ni el tiempo me corrió. Solo el disfrute me rigió. Y me dejé ser.
Fui libre.
Pero es esa libertad la que debo utilizar con responsabilidad (y ya parece una publicidad de manejo...), pero si falto a mi palabra de decir que "seguiría cursando", al menos no debo faltar a la de "darla libre", aunque sea en marzo...
Eso solo quería decir.
Y saludar a los que me miran por bits...


miércoles, agosto 03, 2011

Otro ciclo

La gente sigue apareciendo, tal vez un poco por tu culpa, que me inyecta tu amor, tu apoyo (espero no consuma toda tu energía).
Me reparo de a pedacitos, y sigo con mitad miedo, mitad pilas. Y duermo siesta, y soy colcha de patchwok (o como se escriba) e imagino nuestra casa, y no.
Siento, raramente (¿por cuánto tiempo?), que puedo soltar algunas manos, pero otras, de ninguna manera.
Necesito seguridades, y por eso mi tema sea la "Seguridad" de la que hablan los málditos medios. Y encima me dan de comer.
Temo escribir, temo decir. Temo, bah.
Y a la vez puedo darme el lujo de no creer.
Y este es un post medio gris para volver.
Y sin embargo no me importa, está tan enmalezado y tan tan tan, que, ¿importa?
Sin embargo, intento que no lo sea.
Basura en colores, decía la canción.
Y me lo creí...

;)


Huele a libertad. Vía Varela


lunes, junio 13, 2011

Ghost writer

Hoy en mi país es el día del escritor. Y es maravillosamente increíble, porque el día elegido es el del natalicio de un escritor conocido (reconozco, no sin vergüenza, no haber leído nada o casi nada de él), pero no de los libros agotados, ni comerciales, ni por los cuales somos conocidos en el exterior. Sé, sí, que fue un personaje en todo lo que respecta a esa palabra y al eufemismo que simboliza. Se conmemora el nacimiento de Leopoldo Lugones.
Por eso hoy en mi país es el día del escritor.
Y eso me llama a una reflexión o a una pregunta. O a todo.

Desde chica que escribo. Para algunos, muy bien; para mí, no mejor que la media que esboza palabras más allá de las obligaciones cotidianas que ameritan esa acción. Pero no más que eso.
Sin embargo, creo, algo que es fundamental es el consumo, más allá de todo talento. Y algo que hacía de pequeña, ahora ha sido reemplazado por gran cantidad de bolsas con libros "sin usar", acumulados, novísimos, pero casi amarillentos.

Creo, (me) debo volver a la lectura afanosa, desesperada, voraz de más palabras en papel (mientras dure); conocer, amar, soñar con cada historia, frase para poder encontrar (si lo hubo) a mi Yo escritora.

Desde este rincón, mi humilde homenaje a los que escriben...



♪♪♫♫♫. Leroy Anderson

sábado, junio 04, 2011

La loca

No era de esas personas de las que te cruzabas de vereda por su aspecto o su olor. Todo lo contrario.
Tenía una belleza arcaica, de un pasado lejano. Tal vez, inexistente: literario podría decirse.
Su piel era de un color que no era color piel. Blanco azulada, con matices verdes, pero tenía pizca de azul, de eso estoy segura. Hecho que contrastaba con sus uñas, que se pintaba de rojo, y los ojos, también. O era fucsia.
Era muy delgada, pero por lo que sé, en su pasado le sobraba la carne que hoy le faltaba.
Tuvimos una amistad de un par de años, tal vez algo artificial, o artificiosa, pero eso existió.
Y un día, de golpe, aunque si miro para atrás se escurrió como agua, se terminó.
Al principio no me di cuenta, pero tras correr el tiempo, todo fue más claro.
Hoy lo sé, ella estaba loca, porque sabía, finalmente, lo que quería.



Vértigo. Ismael Serrano


miércoles, abril 06, 2011

Soy un árbol

Soy semilla, soy hojas verdes y amarillas, y flores y semillas.
Soy lo vientos de la orilla y de la montaña, los lagos y las sierras.
Soy las películas que vi, que amo, que están ahí, que imagino y me contaron.
Soy remolacha y zanahoria, mandarina y pera.
Soy los libros que me circundan por todos lados, los por editar, por comprar y por leer.
Si soy una tela, soy tul o plumetí u organza. Me gustan las transparencias.
Me gusta la pimienta, pero soy avainillada, con dejos de azafrán y pomelo.
Soy música cantada, pero no tocada.
Soy sensaciones más que argumentos.
Soy caoticamente lluviosa, gris y gritona.
Soy anteojos, los de miope.
Soy un poco vagancia y adrenalina.
Soy intensa y oxímoron, lábil.
Me aburro fácil, pero no cierro nunca.
Soy árbol otra vez, un deja vú que se repite sin más.
Pero siempre en flor.





En la mesa de la compu que oficia de escritorio, la taza guarda gotas residuales de canela, clavo y frutas. Sabor a magia. De esa que pocas veces se repite en la boca, en los gustos.
Igual ahora estoy a dieta, así que estos son mis pequeños placeres.
Sin embargo, este no es el tema de hoy.



Poesía rock. Leo García


martes, marzo 29, 2011

Sui Generis

La canción es un vaivén que me causa carcajadas que me remontan a momentos en los cuales tenía unos cuantos kilos de menos (por lo menos quince o veinte), fumaba y me vinculaba patológicamente.
Pienso en perros que no sean perros, en personajes nefastos en musculosas amarillas y pelo revuelto y de dudoso color.

Por otra parte, ayer comencé a intentar adelgazar los kilos de más que sobrevinieron (por no decir que me llevaron puesta –pensé en decir "me pasaron como una aplanadora", pero lo pensé mejor, porque de plana, nada de nada–) luego de que me ennovié y dejé de fumar.

Me percibo, por otro lado, con cierto frenesí, cierta aceleración que perturba mi calma y me lleva a un nerviosismo pasajero, como si intuyera que algo bueno está por venir.

Mientras tanto colecciono llaveros, cuadernos y agendas.

¿Estoy para terapia, no?


En el hospicio. Pastoral



martes, marzo 22, 2011

D'éte

Lo que se siente al nadar en una pileta grande, donde tus pies no hacen pie, donde todo es turquesa o celeste, la presión y el cloro del agua aprietan tus globos oculares, el pataleo cual delfín (en tu imaginario sos leve, difusa, diáfana, etérea, palabras poéticas y luminosas) te llena de energía.
El pelo (sí, pelo, no cabello en mi país) húmedo, goteante, chorreando las baldosas, el pasto, el parquet y la cama.
No es lo mismo el acuífero sentir de la pileta que el de la ducha (aunque sean igual de reparadores).
Creo que todo se trata de nadar. Solo. O no. Sola. O no. Pero nadar.




Les jours tristes. Yann Tiersen